A pedido expreso de don Vasco de Quiroga antes de su muerte, posteriormente del Obispo electo Fray Diego de Chávez y por último del propio rey Felipe II en 1571, los Jesuitas arribaron a México hacia 1572. Llegaron en un número de 15 con su provincial el padre Pedro Sánchez.
Ya en la Nueva España, la primera casa que fundaron fue la de Pátzcuaro, en 1573. Vinieron para tal efecto los padres Juan Curiel, Juan Sánchez Baquero y los hermanos Pedro Rodríguez y Pedro Ruiz de Salvatierra, quienes después se ordenaron sacerdotes.
Este edificio comenzó a construirse en 1585. Perteneció a los Jesuitas hasta 1767, año en el que fueron expulsados de España y de la Nueva España debido a graves conflictos políticos con la corona (antes la orden había sido ya suprimida por el Papa Clemente XIV y consecuentemente expulsada de Francia y Portugal, siendo reconocida nuevamente hasta 1814 por el Papa Pio XII). A partir de entonces el inmueble tuvo los más diversos usos, el último de los cuales fue la escuela primaria “Vasco de Quiroga”. Posteriormente cayó en ruinas y estuvo abandonado por cerca de 30 años. En 1990, un grupo de ciudadanos se organizó, formando un patronato que se dedicó a buscar recursos para su restauración y su uso inmediato en actividades de tipo cultural. Dichos trabajos se iniciaron en 1992 y culminaron en noviembre de 1994 con resultados que saltan a la vista en sus sobrias y enormes salas de exposición, pintorescos pasillos y verdes jardines.
Actualmente el lugar funciona como un centro cultural dependiente de la Secretaría de Cultura de Michoacán y se presentan funciones de cine y teatro, se imparten algunas disciplinas y se exponen obras de artistas locales, nacionales e internacionales en sus salas de exposiciones.