Es un sitio arqueológico de gran valor histórico ya que en sus construcciones se puede encontrar la influencia de la arquitectura teotihuacana, por lo que supone que el sitio fue habitado antes del surgimiento de la cultura tarasca, del año 600 al 900 D.C. Aquí se puede apreciar un juego de pelota en desnivel, ruinas de diversas habitaciones y plazas, restos de un acueducto y una pirámide de siete niveles con base cuadrada.