Es una de las plazas coloniales más grandes de América y se encuentra rodeada de portales y hermosas casas coloniales. Como cosa curiosa en las plazas de la época – solo aquí sucede -, no hay ningún templo en sus alrededores, son viviendas particulares y edificios los que cierran su ámbito.
Dicha situación se debió a que el “centro” (digámoslo así) en su distribución prehispánica fue utilizado para viviendas y comercio, quedando colina arriba el espacio destinado a sitios rituales y ceremoniales, sobre los cuales – al igual que en todas las ciudades construidas sobre poblaciones prehispánicas – más tarde fueron construidos los templos que actualmente existen.
La plaza principal cuenta también con tres fuentes, la central sirve para mostrar una estatua del ilustre personaje del que lleva su nombre.