Plaza Mártires de Uruapan

La plaza, donde hoy se encuentra el monumento a los Mártires de Uruapan, era conocida como “La Plazuela del Templo Viejo” y formaba parte de los bienes franciscanos. Tras el fusilamiento de los Mártires de Uruapan el 21 de octubre de 1865, se inició la idea de erigir un monumento en su honor. La construcción comenzó oficialmente el 21 de octubre de 1891 y se completó el 1 de agosto de 1893. El monumento, un obelisco de mármol de cinco metros de altura diseñado por Gabriel Guerra, rinde homenaje a los generales Arteaga y Salazar, los coroneles Villagómez y Díaz, y el capitán González. La técnica utilizada en la construcción del obelisco incluyó tallado en mármol y detalles en bronce, con bustos en alto relieve y leyendas conmemorativas.

La inauguración del monumento el 21 de octubre de 1893 fue un evento lleno de alegría patriótica, donde la comunidad y las autoridades rindieron homenaje a los mártires. En el siglo XX, la plaza también fue utilizada como espacio para mercados y eventos cívicos, con varias restauraciones realizadas a lo largo del tiempo. En 2010, el busto de Carlos Salazar fue robado y posteriormente reemplazado.

En el siglo XXI, la Plaza de los Mártires ha seguido siendo un lugar de importancia histórica y cívica en Uruapan. Durante la administración 2008-2011, se concluyeron las últimas restauraciones y mejoras, a pesar de las opiniones divididas entre los ciudadanos. Hoy en día, la plaza es un espacio clave para eventos como el Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos, preservando la memoria y el legado de los héroes republicanos que dieron su vida por la patria. Este lugar no solo honra a los mártires, sino que también sirve como un recordatorio constante de la valentía y el sacrificio en la lucha por la soberanía nacional.

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