Adress
Nuevo San Juan Parangaricutiro, Michoacán, México.
GPS
19.4170378, -102.1302225
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Se inicia con jubileos, novenarios y peregrinaciones encabezadas con la imagen del Cristo; acompañadas con bandas de música y danzas de “Los Negritos”, “Los Viejitos” y “Los Pastores” hasta el pié del altar mayor.
San Juan Nuevo es el pueblo que fundaron los indígenas P’urhépechas que vieron obligados a reubicarse tras desalojar San Juan de las Colchas (o Viejo San Juan Parangaricutiro) debido al nacimiento del Volcán Paricutín.
Se sabe que el Señor de los Milagros cuenta con fieles seguidores en todo el país de México, Sudamérica y Estados Unidos. A lo largo de los festejos llegan a contabilizarse más de 70 mil visitantes. La imagen perteneció al templo de San Juan Parangaricutiro, el pueblo que sepultó en su erupción el Volcán Paricutín a mediados del siglo pasado.
La imagen del Señor de los Milagros está hecha en pasta de caña, una técnica artesanal prehispánica originaria de la cultura p’urhépecha. Representa a un Cristo Crucificado y como en el caso de otras figuras religiosas elaboradas por manos indígenas, observa un marcado esmero en la representación de las heridas y el gesto de dolor causado por el suplicio.
En San Juan nació un dicho en torno a las causas imposibles, que reza “lo que pides no se logrará aunque entres a San Juan Bailando”. De manera indirecta se subraya así la reconocida capacidad milagrosa del Señor de los Milagros.
La leyenda del milagro
En la época colonial se esparció la fama del Cristo. Se decía que un desconocido llegado de fuera lo dejó en el templo de San Juan Parangaricutiro y que era muy milagroso el Cristo de Milagros.
Todos lo creían menos el cacique del lugar. Pero un día su hijo enfermó gravemente y al no encontrar cura alguna, volvió sus ojos al Cristo y le prometió que si salvaba a su hijo le bailaría en agradecimiento, igual que según la Biblia bailaba el Rey David para venerar a Dios. El niño se curó y el cacique cumplió su palabra de bailar una danza.
La comunidad fue testigo del suceso y fue así como cobró fuerza esta forma de veneración, petición de favores y agradecimiento por los mismos. En San Juan todo el año se baila para solicitar favores, pero el 14 de septiembre en particular esta devoción cobra fuerza. Después del día 14 de septiembre se realizan fiestas como la “Octava” o “Fiesta Chica” una celebración a los ocho días de la “Fiesta Grande”.